Los crêpes son muy sencillos de realizar y... ¡están deliciosos!
La medida a tener en cuenta es la de un vaso; dependiendo del número de comensales y de la gula del momento, el vaso será de vino (unas 3 láminas de crepe), agua (4 ó 5 láminas), etc.
Se echa en el recipiente de la batidora: un vaso de harina, un vaso de leche, un huevo, una pizca de sal y otra de azúcar y un chorro de aceite. Hay que tener en cuenta si se desea un crepe dulce. Después de batirlo todo, lo colocamos en la nevera para que enfríe unos 5 minutos.
En una sartén o plancha antiadherente, echamos unas gotitas de aceite y cubrimos su superficie (para evitar que se pegue). La ponemos a fuego medio. Cuando esté caliente echamos un chorro de la masa del crepe que guardamos en la nevera y la extendemos. Cuando veas que el crepe ya no se pega en la sartén es que hay que darle la vuelta, ayúdate con una espátula de madera y cuidadín que te quemas los dedos. Finalmente, repite la operación por la otra cara.
Puedes añadirle como acabado chocolate, nata, siropes, frutas....
No hay comentarios:
Publicar un comentario